Favorecer, garantizar, llenar de sentidos, en tiempos de pandemia

Voces en Educación. 30 de julio de 2020. Enlace permanente: http://educacion.blog.unq.edu.ar/favorecer-garantizar-llenar-de-sentidos-en-tiempos-de-pandemia/

Por Anahí Pérez*

📝Convocada a reflexionar acerca de la educación en estos tiempos, comencé a pensar sobre mi rol de maestra y también de alumna. Así, fueron surgiendo diferentes interrogantes, por ejemplo, ¿Cómo nos enfrentamos los diferentes actores educativos, ante semejante escenario? ¿De qué manera, fuimos reinventándonos, para adaptar nuestras clases a la virtualidad? ¿Cómo seguir manteniendo un vínculo cercano, a pesar de la distancia?

Ser docente y estudiante en este contexto tan particular y único que nos toca atravesar, debido a la pandemia, realmente implica un gran reto. Un desafío que nos invita a pensar, a reflexionar acerca de nuestro propio accionar.

Particularmente, trabajo como maestra de apoyo pedagógico, en una escuela común de San Telmo (pero recibo directivas de la E.I.I. N° 4) y en este primer cuatrimestre, cursé mis últimas dos materias de la Licenciatura en Educación. Confieso que terminar así esta carrera, no era lo que yo pensaba, ni anhelaba. Al principio, añoré, necesité los encuentros presenciales, las cursadas excepcionales y extraordinarias que se dan en la UNQ, donde se generan espacios de intercambios de ideas, debates, en los cuales, circulan todas las voces con sus diversas opiniones. Pero, a pesar de ello, con mis compañeros/as y docentes, nos pudimos adaptar y se llevó adelante una cursada exitosa, por lo que les digo a mis colegas estudiantes de esta hermosa carrera, que siempre se puede, que no se rindan y sigan adelante.

El Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio, nos hizo reinventarnos a la hora de enseñar y de aprender. La virtualidad nos propone un escenario diferente y complejo, donde debemos encontrarnos a la distancia. Esto al comienzo, creo a todo/as, nos trajo diferentes dificultades. Asimismo, afloraron diversos sentimientos, de angustia, enojo, e incertidumbre, ya que no había ninguna prescripción obviamente, de cómo debíamos actuar frente a este panorama. La pandemia nos sorprendió a todos/as, debimos responder y hacer lo mejor posible, dentro de lo que se pudo. Reconozco que estudiar en esta universidad, me ha dado herramientas respecto a la virtualidad, ya que he cursado varias materias semipresenciales con las herramientas del campus UVQ. Pero al margen de tener diferentes conocimientos, esta modalidad, me ha enfrentado a distintos problemas, como la ausencia de conectividad y cortes de luz. También, y la vez, las pocas respuestas de nuestros alumnos/as, que afrontan estas problemáticas, y otras, como la falta de dispositivos y/o recursos tecnológicos para poder conectarse y responder las actividades, junto a distintas situaciones, inclusive más complejas.

En relación a lo anteriormente descrito, la escuela ahora está haciéndole frente a una contingencia jamás pensada, donde se cristalizan diversas realidades sociales, a la que no debemos estar ajenos. Sabemos que la escuela tiene una función pedagógica, centralizada en los procesos de enseñanza y aprendizajes. Pero también sabemos, la función social que cumple. Es decir, no es el lugar dónde solo se aprenden y se enseñan contenidos, sino es el espacio donde nos encontramos, socializamos y formamos vínculos.

Considero que la institución escolar, junto a sus docentes y comunidad educativa debe brindar contención y apoyo, además de métodos para poder aprender en estos contextos. De esta forma, debemos saber escuchar, comprender y democratizar, para favorecer y garantizar una educación inclusiva, más justa para todos/as.

Se trata de tomar valor, coraje y hacer frente a este escenario tan inusual, ofreciendo una educación alternativa adaptada a este contexto. Pensar y planear estrategias, no sólo para la escuela de la contingencia, del presente, sino en la que vendrá, que no sabemos cómo será, pero claramente estará interpelada por el ahora. Como nos dice Pablo Freire “la educación es un acto de amor, por lo tanto, un acto de valor”. Entonces, pienso que educar en tiempos de pandemia implica, además de ofrecer estrategias para la comprensión y aprehensión de los contenidos, la tarea de incluir, no discriminar, abrazar, amar a les otres. Es decir, llenarlos de sentidos significativos en una escuela que se regenere como el lugar que contiene a todo/as, que atiende a la diversidad que la transita y vivencia. De manera que, a partir de esa acción afectiva y contenedora, se puedan habilitar caminos futuros en un mundo más equitativo.

*Profesora de Nivel Primario. Graduada reciente de la Licenciatura en Educación de la UNQ. Estudiante de la Especialización en Educación, Políticas Públicas y Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, en la UNIPE. Trabaja como maestra de apoyo pedagógico en una escuela común de San Telmo, con directivas de EII N°4 (área Especial).


Voces en Educación es un espacio para estudiantes, egresad*s y docentes de la Lic. en Educación de la Universidad Nacional de Quilmes.

Compartimos reflexiones breves, trabajos y producciones realizadas en el marco de las asignaturas de la carrera y los proyectos de investigación y extensión asociados.

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